Nicaragua: Confirman la muerte de universitario durante la “Madre de todas las Marchas”

Medios locales reportan 19 muertes durante la marcha en la que decenas de miles de mamás pedían justicia para sus hijos asesinados.

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elsalvador.com

Por Agencias

2018-06-01 3:40:04

Daniel Reyes Rivera, un joven de 25 años fue asesinado el pasado miércoles cerca de la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI), mientras participaba en la marcha Madres de Abril, confirmaron sus familiares a La Prensa de Nicaragua.

El cadáver de Rivera fue entregado la noche del jueves a la morgue del Instituto de Medicina Legal, en Managua. El cuerpo tenía un impacto de bala en el estómago, además de moretones. “Yo pienso que a él lo agarraron herido, golpearon e hicieron lo que quisieron con él y luego fue trasladado”, contó su hermana a dicho medio.

Foto La Prensa de Nicaragua

Su hermana, Massiel Reyes, confirmó a LA PRENSA que él salió con unos amigos a participar en la marcha cívica y que después no supieron más, hasta la noche de este jueves 31 de mayo que les han informado que su cuerpo fue trasladado a Medicina Legal, agrega el medio nicaragüense.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) alertó este viernes de una “nueva etapa de represión” en Nicaragua con ataques a manifestantes desarmados y reiteró su llamado “urgente” al Gobierno de Daniel Ortega para que desmantele las fuerzas “parapoliciales”.

En una entrevista con Efe, el secretario ejecutivo de la CIDH, Paulo Abrão, dijo haber detectado “nuevas prácticas represivas” durante la denominada “Madre de todas las marchas”, convocada por el Movimiento Madres de Abril y en apoyo a las 83 mujeres que hasta entonces habían perdido a sus hijos durante las protestas.

La violencia se ha intensificado en los últimos días y solo en la “Madre de todas las marchas” hubo al menos 15 muertos y 199 heridos, según los cifras administradas por el Gobierno, sin embargo el medio nicaragüense revela que han sido 19 las víctimas.

 


Nicaragua despide a “Orlandito”, el muchacho que siempre tenía una sonrisa

“Orlandito”, como lo llamaban los suyos, tenía 15 años cuando murió e iba siempre con una sonrisa. Su nombre engrosa ahora la lista de al menos siete menores que han muerto en Nicaragua en esta crisis sociopolítica. En total son más de 100 asesinados según las organizaciones humanitarias.

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Familiares, amigos y conocidos dieron hoy el último adiós a Orlando Córdoba, que junto con Álvaro Conrado (15), Ángel Reyes (16), Jesner Rivas (16), Carlos Rivas (17), José Abraham Amador (17) y Richard Pavón (17) son los nombres más jóvenes de la ola de violencia que vive el país desde hace 45 días.

El adolescente, que este viernes recibió sepultura, recibió varios tiros durante la “Madre de todas las Marchas”, en la que decenas de miles de mamás pedían justicia para sus hijos asesinados.

El cuerpo del joven, dentro de una caja de madera, salió de una humilde vivienda dentro de una barriada de Managua hacia el cementerio “Milagro de Dios”, custodiado por autobuses, motos y vehículos que transportaban a sus amigos y conocidos.

La incertidumbre y el desasosiego se palpaban en el ambiente. Las caras eran largas y mustias, como las flores que empezaban a secarse. Sus amigos del colegio y del barrio cuentan a Acan-Efe que Orlando era un gran muchacho, jovial y alegre, al que le encantaba el fútbol.

Sus compañeros de equipo ponen sobre su féretro una camiseta con su número, el 8, y firmada por todos. “Para que no nos olvide”. Mientras un cartel sostenido por una joven recuerda su gesta: “Orlando Córdoba, 15 años, nuestro pequeño héroe”.

El adolescente, que cursaba de manera tardía el sexto grado de educación primaria, forma parte de las 7 personas que han fallecido a causa de un tiroteo que se desató el miércoles durante una manifestación pacífica.

Falleció cuando llegó al hospital de un paro cardíaco, pero sus heridas eran muy graves. Según su familia, los impactos de bala le habían dañado el tórax, el hígado y los pulmones.

La mamá, Yadira Córdoba, no encontraba hoy consuelo: “Me arrancaron a mi hijo. ¡Ay, ay, ay!. Dame paz, señor. Dame paz. Ten misericordia de mí”, gritaba desesperada mientras miraba la cara de su pequeño. Cada vez que lo veía decía: “Me duele mi corazón. Me duele. Hijo, estoy aquí”.

Fue el pastor evangélico, el encargado del oficio religioso, el que habló a los presentes y los intentó calmar ante la pérdida de este joven, al que “le arrebataron la vida”.

“Le decimos hasta pronto. Confiando en que algún día será uno de los que se levante de la tumba para ser resucitado en gloria. Llénense de esperanza porque Orlandito no está muerto, hoy vive más que nunca en la esperanza de Dios”, clamaba el religioso.

El pastor, que conoce de cerca a la familia, les dijo mirando el cuerpo del joven, que tenía una bandera blanca y azul con el mensaje de “Nicaragua libre”, que era un muchacho agradable, “siempre con una sonrisa” y les advirtió que ahora forma parte de la “lista de los ángeles que están en el cielo”.